En últimos días hemos visto cómo se endurece la violencia hacia los sectores más vulnerables de la sociedad, para el caso de México vemos como se vuelca dicha violencia hacia los sectores pobres y organizados que hacen frente a esas formas de dominación por parte del Estado.

La población de mujeres es uno de los sectores a los que la violencia alcanza en distintos momentos y ámbitos de la sociedad, llámense niñas, jóvenes, defensoras de derechos humanos, trabajadoras, estudiantes, indígenas, que se encuentran organizadas o no, son objeto de abusos, violencia, tortura y en muchos casos de feminicidios.

De acuerdo con cifras del INEGI las mujeres son las principales víctimas de delitos sexuales. En el año 2017, la tasa de víctimas de abuso por cada 100,000 era de 2,733 mujeres. El Instituto Nacional de las Mujeres documenta para 2019 que a nivel nacional once mil niñas al año se convierten en madres producto de la violencia sexual. Por otro lado, de acuerdo con cifras del portal de Datos abiertos del gobierno capitalino, en el periodo de enero-agosto de 2019 se registró que 292 mujeres fueron víctimas de abuso en la Ciudad de México.

Estos datos duelen e indignan, y más aún cuando muchas de estas mujeres pasaron de ser víctimas de abuso a ser víctimas del feminicidio. Según cifras de la ONU, en México entre 10 y 9 mujeres son asesinadas al día.

De 2015 a la fecha el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP) tiene registrados 3,578 feminicidos a nivel nacional. Del mes de enero a octubre de 2019 se han reportado 833 casos. En los últimos cinco años 231 feminicidios han sido registrados en la Ciudad de México de los cuales, 50 de ellos fueron reportados de enero a octubre de 2019. Es importante mencionar que son casos registrados, existen muchos casos no denunciados que rebasan las cifras anteriormente citadas.

Veracruz es un estado que presenta grandes índices de pobreza y en él se encuentran los municipios más pobres del país, también es el estado más peligroso para las mujeres. Según cifras de la SESNSP se han registrado 153 casos de feminicidio, seguido del estado de México con 95 casos de enero a octubre de 2019.

Se vuelve atroz que ante datos y cifras duras, la esfera política que dice representarnos, no tenga un proyecto claro para atender la situación de desventaja a la que se enfrenta la población de mujeres en México y por el contrario haga simulaciones de atender el problema y muchos de estos casos queden impunes porque es bien sabido que es éste mismo sector el que desde sus instituciones, reproduce y fomenta una sociedad de abusos e injusticias.

Ante tales escenarios, existe una parte importante de la población que se indigna, se organiza y que procura acciones en contra de estos hechos. El pasado 25 de noviembre, las mujeres salieron de nuevo a las calles para rechazar la violencia, pero lo más interesante de estas movilizaciones es que hay todo un trabajo desde abajo, que no se queda en la marcha o en la pinta, hay un trabajo en las colonias y barrios de los estados que presentan altos índices de violencia como en Ciudad Juárez donde existe el colectivo “Nuestras hijas de regreso a casa” o bien en Ciudad Nezahualcoyotl, con el colectivo “Nos queremos vivas” y las colectivas de mujeres en Ecatepec que realizan acciones que sensibilizan de poco en poco a la población y que de poco en poco también contribuyen y reconstruyen el tejido social comunitario.